¡Hola de nuevo! Os he abandonado unos días, necesitaba desconectar. A veces uno se autoimpone demasiadas obligaciones que si bien en el día a día no te das cuenta, van haciendo mella, te estresas sin razón, hasta que te das cuenta de que realmente no todo lo que te autoimpones es obligatorio ni necesario ni imprescindible.
En mi caso, suele ser mi cuerpo el que me obliga a parar, y a veces ni siquiera me hago caso.
Estos días hemos aprovechado para escaparnos a una casa señorial del siglo XIX en un pueblo perdido de Segovia y que hoy os traigo al blog para que la disfrutéis casi tanto como nosotros. Hemos descansado, disfrutado del aburrimiento en familia, disfrutado del aire fresco del campo y la montaña, comilonas familiares de horas, paseos, desconexión... y por supuesto del buen ambiente de una casa espectacular con todo lo necesario para sentirte como en tu propia casa.
Se trata de una antigua granja de principios del siglo XIX que ha sido rehabilitada y restaurada por sus dueños, con mucho cariño: Intentando mantener el aire señorial de antaño, suelos de barro, vigas de madera de Valsaín vistas y gruesos muros de piedra.
Tiene unos grandes ventanales que dan al jardín desde la zona de estar, claraboyas que permiten la entrada de luz natural en distintos puntos de la casa y un jardín espectacular con un porche ideal para las siestas de verano, un jardín enorme con piscina y barbacoa.... totalmente pensada para el descanso. La casa tiene capacidad para al menos 10 personas, con 5 dormitorios dobles, uno de ellos en suite con zona de estar y acceso directo a la cocina.
El pueblo donde se encuentra ubicado este remanso de paz, es muy pequeño y apenas cuenta con habitantes. Cada mañana alrededor de las 9 am y a pocos metros de la casa, hay un panadero que ofrece pan y bollería fresca además de huevos y productos básicos... realmente es como si te hubieras ido a vivir a otra época! La verdad, nos encantará repetir.
No hay comentarios :
Publicar un comentario
¡Gracias por tu comentario!