Los clásicos nunca mueren. El Chester es una de mis piezas favoritas, siempre tan british y adaptable a los distintos tipos de decoración: combinado con muebles modernos, con piezas de diferentes épocas y estilos, impecable y ultrachic en cualquier ambiente.
Lo que caracteriza a este sofá son esos botoncitos cosidos por todo su respaldo y brazos, también llamado "capitoné", brazos y respaldo en piel van continuos a la misma altura, en voluta. Antiguamente, no llevaba cojines en el asiento, sino que te sentabas directamente sobre su estructura. Los cojines del asiento aterciopelados en contraste con la piel, le dan un toque de sofisticación y opulencia.
El sofá chester es símbolo del más puro diseño tradicional Inglés, las teorías sobre su origen son muchas, la principal: El conde de Chesterfield contrató a un ebanista para que diseñara un sofá en el que pudieran sentarse los caballeros con la espada totalmente recta, evitandoles movimientos y posiciones poco adecuadas para su alta alcurnia.
Es un clásico que he visto en casa de mis tías abuelas toda la vida, pero no tiene porqué ser antiguo! actualmente hay multitud de fábricas que lo reproducen: La versión de Poltrona Frau no está nada mal. Aunque yo de momento, me sigo quedando con el viejo clásico y desgastado sofá de mis tías ;)
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