Los 5 must para el reacondicionamiento de una oficina



A menudo se nos hace cuesta arriba afrontar la jornada laboral. Ya sea en casa o en la oficina, la idea de estar sentados muchas horas frente al ordenador, puede afectar a nuestra salud – espalda y vista – o a nuestro ánimo. Por eso y considerando que en muchas empresas los empleados se reincorporan a sus puestos de trabajo, es el momento de hacer cambios en el espacio que nos ayuden a afrontar la jornada con más confort y bienestar. En este artículo vamos a hablar de los básicos para hacer un buen reacondicionamiento de oficina, independientemente de que sea colectiva o una pequeña oficina improvisada en nuestro hogar.

1. Lo primero de todo: tener una buena silla


Si eres de los que pasas muchas horas sentado frente al ordenador, más de una vez habrás sufrido contracturas y dolores de espalda y habrás tenido que acudir a un masajista. Muchos de esos problemas se evitan con una buena postura. Y en eso tiene mucha culpa nuestra silla. Elegir una buena silla debe ser nuestra principal preocupación cuando creamos un espacio de trabajo: ni nórdica, ni cool, ni acolchada… Debe ser ergonómica y transpirable.

Tal como nos cuenta Mobiliar, una de las empresas más importantes de equipamientos de oficina, “las sillas ergonómicas han sido fabricadas siguiendo las directrices de estudios de biomecánica para favorecer la salud postural de los usuarios y favorecer el flujo sanguíneo. Estas sillas se adaptan a cada trabajador y cuentan con asientos anatómicos, respaldo y pendiente negativa y control de altura del asiento, porque es importante que nuestros pies apoyen en el suelo y no queden colgando. Algunas además tienen extras: reposabrazos, reposapiés o los habituales cojines lumbares que solo se recomiendan para personas con determinadas problemáticas (prevención de hernias discales) y son desaconsejables para gente con hipelordosis.

Y es que ergonomía no es lo mismo que comodidad. Con una silla cómoda podemos lesionarnos, ya que hará que no cambiemos de postura durante horas. Debemos hacer pausas con cierta frecuencia para hacer estiramientos o pasear.

2. Lo segundo: mejorar la iluminación.


Las oficinas deben apostar por la luz natural, que nos da alegría y no daña nuestra vista, pero hay otros tipos de iluminación con los que es necesario combinarla.

La luz natural es perfecta para zonas comunes, pero en el puesto de trabajo individual necesitamos también una luz de mesa o escritorio. Aquí sería perfecto que esta lámpara se pueda graduar, pasando de una luz fría en momentos de más concentración, ya que bloquea la producción de melatonina y reduce nuestra somnolencia, con otra más cálida cuando queremos leer algo relajadamente que necesite una concentración estable.

Además, la luz solar puede ser molesta. Por eso hay que contar con estores que permitan regular la entrada de luz exterior y evitar reflejos en la pantalla.


3. Lo tercero: los colores y su efecto en el ánimo


Que los colores transmiten distintos estados de ánimo está más que demostrado. De hecho, existe una disciplina del diseño de interiores que se encarga de esto, la cromoterapia. Esta disciplina recomienda optar por crear un ambiente armonioso y por ello nos recomienda huir de los contrastes muy marcados, como combinar blancos y negros, y buscar tonos más neutros, como un gris o blanco roto, sobre los que podamos incluir un toque de color (o los colores corporativos de nuestra marca)

El blanco es uno de los colores más utilizados, porque además de contribuir a mantener la atención, es el color que más refleja la luz (especialmente importante en oficinas con escasa luz natural)

También debemos valorar el tipo de estancia donde estamos. En salas de reuniones o para el trabajo en equipo, el amarillo o naranja inspiran creatividad y optimismo, por lo que son una buena elección. El rojo, el color quizás con más intensidad, se recomienda usarlo para salas de juntas, y solo con detalles, ya que indica que aquí se van a tratar temas importantes.

Por el contrario, los colores más fríos, como el azul o el verde, se suelen usar en zonas de paso, en recepciones o en puestos de trabajo donde se necesite mucha concentración.

4. Utiliza plantas y cactus:


Además de por motivos estéticos, se ha comprobado que las plantas en interiores mejoran la calidad del aire, oxigenando y humidificando el ambiente, amortiguan el ruido y contribuyen a reducir el estrés. Hay estudios que indican que las personas que trabajan en ambientes con presencia de naturaleza se sienten más felices y motivadas, mejorando su productividad y creatividad hasta en un 15 %.

Aquí es importante elegir bien el tipo de plantas, porque si necesitan muchos cuidados vamos a conseguir el efecto contrario a la productividad. Por eso son tan comunes las plantas de pequeño tamaño o medio, resistentes y que no necesitan luz directa. Son habituales los potos, suculentas, cintas, mini helechos y también los cactus. Estos últimos además repelen la polución eléctrica y se suelen colocar cerca del ordenador, para evitar las cefaleas o el cansancio normales después de pasar horas delante de una pantalla.



5. Un toque de diseño extra con el almacenaje y los complementos


Es una muy buena idea ser creativos en los muebles comunes, donde no se espera ser original, ya que aquí prima la practicidad. De ahí que buscar estanterías con formas o estilos distintos, archivadores o paneles con colores o accesorios que añadan color a la oficina siempre serán bienvenidos por los empleados.

Y para terminar, deja que te hagamos una pregunta, ¿qué vas a hacer para hacer que tu espacio de trabajo sea más humano y cercano?

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