Tener una casa en El Rocío es sumergirse en la esencia andaluza en su estado más puro. Si a eso le sumamos una ubicación privilegiada frente a la ermita, la magia está servida. Esta vivienda, reformada por el estudio sevillano Nobo Interiorismo, ha sido transformada en un espacio que equilibra a la perfección la tradición y la actualidad, sin perder ni un ápice del alma que caracteriza a la zona.
Una reforma con propósito: mantener la esencia
Originalmente, esta casa de los años 50 contaba con 290 metros cuadrados, pero gracias a una ampliación parcial, hoy en día suma 340 m2 construidos. El objetivo era claro: actualizar sus espacios respetando la autenticidad del entorno. Y vaya si lo consiguieron.
El punto focal de la vivienda sigue siendo su tradicional patio central, un sello inconfundible de la arquitectura andaluza. La estructura principal de dos plantas distribuye las estancias de forma funcional, con una planta baja que acoge las zonas de día y un primer piso donde se encuentran los dormitorios. La cercanía con las marismas y su envidiable localización hacen de este hogar un refugio con carácter y personalidad propia.